¿Quién eres?

¿Cuántas veces te has esforzado por entender tu entorno y no lo consigues?, ¿te enfadas?, ¿estás triste?, ¿no sabes qué hacer?, ¿acabas sin conseguir lo que quieres?... Esto puede tener una simple (no siempre sencilla) solución: tomarte tiempo para conocerte a ti mismo. Quizás la persona con la que compartes más tiempo al cabo de toda tu vida sigue siendo un desconocido para ti. Pero esa persona, al igual que te limita, puede hacerte conseguir lo que quieras, siempre y cuando la cuides.
Aunque tampoco puedes conformarte con descubrirte en un determinado momento y dando todo por sentado, al igual que los demás y el entorno cambian, tú también.

Hoy en día, vamos como locos por la vida, como pollos sin cabeza. Solo captamos el ruido, la rapidez, la desesperación por acabar las cosas rápido... y todo genera estrés y ansiedad. ¿Cuál fue la última vez que disfrutaste de lo que más te gusta por encima de todo? Quizás ni te acuerdes, o quizás ni sepas qué es lo que te gusta. Sabemos que todo es efímero y queremos aprovecharlo, a nuestra manera, rápido y pronto, sin dejar que nos cale ni por un segundo un rayo de felicidad o confort.

Al darnos cuenta de todo esto, debemos de plantearnos quiénes somos y qué es lo que queremos conseguir en la vida. Para ello, podemos poner en marcha ciertas acciones, como: comenzar algún tipo de retiro o dejar que nos evalúen las personas de nuestro entorno, intentando matizar ciertos aspectos de nuestro "yo".

Obviamente, el aislamiento es una forma muy común hoy en día de tratar problemas, intentando dejar de pensar en lo demás para poder centralizarnos en nosotros mismos. Pero quiero hablar sobre este como una abstracción de la vida cotidiana en ciertos aspectos, tomando tiempo para reflexionar sobre ellos y sobre nosotros mismos. No quiero hablar del aislamiento como una desaparición repentina, aunque también hay gente que lo contempla, a pesar de que el ser humano se considera un ser social por naturaleza.
Esta soledad momentánea tiene sus pros y sus contras. Algunos beneficios son: dejar de sobrecargar nuestros cuerpos con información, alejarse del estrés y la ansiedad, fijarnos en pequeñas cosas, clarificar ideas, etc. Sin embargo, algunas desventajas son: acabar pensando en cosas que nos aparten del bienestar, individualismo, disminución de las habilidades sociales, etc.

También podríamos dejar que los demás nos descubriesen, pero desde mi punto de vista, esto puede crear una falsa conciencia. Lo que los demás ven de nosotros quizás no sea lo que realmente somos, porque hay sentimientos o ideas que no salen al exterior con nuestros hechos, o que son interpretados de manera diferente a lo que queremos transmitir. Además, al haber relaciones humanas, siempre va a haber más factores que puedan hacer más difuso nuestro autoconocimiento.
Esto no significa que nos tengamos que aislar socialmente de una manera radical, sino que pensemos de vez en cuando en nosotros mismos, qué es lo que nos gusta hacer, cómo lo vamos a conseguir, etc; para poder sacar lo mejor.
Eso de pensar en nosotros mismos parece un hecho egoísta, pero en realidad si no nos conocemos no podemos pretender que nuestra esencia sea captada por los demás, y conllevará sentimientos de tristeza, frustración, impotencia... que debemos de solucionar.

Además, como consejo, debemos de ver la vida siempre de una manera positiva, manteniendo una actitud enérgica y llena de vitalidad. Sí es cierto que habrá muchos momentos malos, pero sin ellos no tendríamos los buenos. También tened en cuenta que si nos centramos en lo malo, todo a nuestro alrededor va a girar en torno a la negatividad, y viceversa.

Por todo esto, hoy quiero retarte a que te encuentres a ti mismo y a...

¡BUSCAR LO QUE TE HAGA FELIZ!